Poesía lírica en el Al-Andalus. Las circunstancias históricas de España son únicas. Aquí conviven cristianos, musulmanes y judíos durante 800 años.
En Al-Andalus la poesía formaba parte del plan de estudios de cualquier niño o niña que tuviese acceso a la enseñanza por lo que gobernantes, príncipes y judíos la versificaban y recitaban.
Un poeta cordobés: IBN ZAYDUN : Representa al poeta del amor entendido como servicio incondicional a una mujer sin esperar recompensa alguna. Habla de la esclavitud amorosa y de la religión del amor, conceptos que veremos después en la poesía provenzal y en el amor cortés.
Te bastará saber que si cargaste mi corazón
con lo que ningún otro puede soportar,
yo puedo.
Sé altanera, yo aguanto;
remisa, soy paciente,
orgullosa, soy humilde.
Retírate, que yo te sigo,
Habla, que yo te escucho,
Manda que te obedezco.
Su amor fue para la poetisa y princesa Walada, una mujer muy moderna para su época: se negó a llevar el velo desde la muerte de su padre, y en su casa recibía a poetas, músicos y amantes.
Este amor llenaría los versos del poeta: primero, con pasión; luego, con desdén.
Desde tu marcha mi sola creencia es serte fiel
y nunca he profesado más religión que tú.
Cuando mis pensamientos te susurran,
casi me muero de dolor, pero lo acepto.
¿Qué importa si no soy su igual en la nobleza
Cuando en el amor no hay más que iguales?
Aunque por amor se inclinara hacia mí
desde su trono excelso
la luna de la noche oscura, nadie,
excepto tú podría seducirme.
¡La paz sea contigo¡ mientras dure este amor
que nosotros ocultamos y que él nos revela¡
Si fueras por tu edad
Compañera de la luna nueva,
Aún serías más bella que la luna llena.
¡La que hace tan penoso destino¡
Tan próxima en el espacio
Y tan distante en la posesión.
Los clamores de mi amor me hacen llegar
A extremos nunca sospechados.
Di al amor que galope a rienda suelta
Pues el campo de mi corazón es amplio y basto.
A partir de los poemas anteriores, investiga sobre la poesía de Al- Andalus. Busca textos y poemas de otros poetas y selecciona aquellos que por su intensidad te parezcan más sorprendentes. Después haz una pequeña antología y escribe una pequeña justificación a tu selección.
A continuación, escribe un pequeño cuento a partir de la historia de amor de IBN ZAYDUN y la princesa Walada. Sitúa esa narración en esas coordenadas espacio- temporales. Por ejemplo, escoge una escena típica en el que los enamorados se encuentran en un edificio emblemático de Sevilla u Córdoba. Imagina todo su esplendor, toda la riqueza de matices del arte mudejar y deja después que vuele la imaginación a esa época pretérita.
Otros poemas
Fragmentos de algunos de los mejores poetas andalusíes, traducidos del árabe por D. Emilio García Gómez que los encontró en una pequeña antología de la lírica andaluza titulada Kitab rayab al-Mubarrazin wa-gayat almumayyazim ("Libro de las banderas de los campeones y de los estandartes de los selectos") del célebre Ibn Said al-Magribi, muerto en 1274.
La estrella fugaz
Vio la estrella a un demonio espiar furtivamente
a las puertas del cielo, y se lanzó contra él,
encendiendo un camino de llama.
Parecía un jinete a quien la rapidez de la carrera
desatara el turbante y que lo arrastrase entero tras
de sí un velo que flota.
De BEN SARA, de Santarén.
(m. 1123)
Lluvia sobre el río
La mano de los vientos realiza finos trabajos de
orfebre en el río, ondulado en mil arrugas.
Y siempre que ha terminado de forjar las mallas
de una loriga, la lluvia viene a enlazarlas con sus
clavillos.
Del sevillano (de Manís) ABU-L-QASIM AL-MANISI,
llamado ASA AL-AMA. (Siglo XII)
Castidad
Aunque estaba pronta a entregarse, me abstuve de ella,
y no obedecí la tentación que me ofrecía Satán.
Apareció sin velo en la noche, y las tinieblas nocturnas,
iluminadas por su rostro, también levantaron aquella vez sus velos.
No había mirada suya en la que no hubiera incentivos
que revolucionaban los corazones.
Mas di fuerzas al precepto divino que condena
la lujuria sobre las arrancadas caprichosas del corcel
de mi pasión, para que mi instinto no se rebelase
contra la castidad.
Y así, pasé con ella la noche como el pequeño camello sediento
al que el bozal impide mamar.
Tal, un vergel, donde para uno como yo no hay
otro provecho que el ver y el oler.
Que no soy yo como las bestias abandonadas
que toman los jardines como pasto.
De BEN FARACH, de Jaén,
autor del Libro de los Huertos.
(m. 976)
Disculpa
No me tachéis de inconsecuente porque mi corazón
haya sido apresado por una voz que canta:
Hay que estar serio unas veces y otras dejarse emocionar:
como la madera, de la que sale lo mismo
el arco del guerrero que el laúd del cantor.
Del alfaquí cordobés IBRAHIM BEN UTMAN.
(Siglo XII)
Profesión de "Amor udrí"
Yo soy, como quieres y deseas,
un amante apasionado, un poeta ilustre, noble, generoso.
El Iraq me ha amamantado al pecho de su amor,
Bagdad me ha conquistado con su mirada.
Cuando el dolor se prolonga, cuando la vigilia se
apodera de mis párpados, mi propio sufrir me sirve
de descanso:
Método que fundó Chamil y cuya rigidez
aumentaron los que, como yo, vinieron después.
Del poeta granadino BEN MUTARRIF.
(Siglo XIII)
El luto de Al-Andalus
Si es el blanco el color de los vestidos
en al-Andalus, cosa justa es.
¿No me ves a mí, que me he vestido con el blanco
de las canas, porque estoy de luto por la juventud?
De ABU-L-HASAN AL-HUSRI,
"el Ciego" (m. 1095)
Mutamid y su familia
embarcan para el destierro
Todo lo olvidaré menos aquella madrugada junto
al Guadaquivir, cuando estaban en las naves como
muertos en sus fosas.
Las gentes se agolpaban en las dos orillas,
mirando cómo flotaban aquellas perlas
sobre las espumas del río.
Caían los velos porque las vírgenes no se cuidaban
de cubrirse, y se desgarraban los rostros como otras
veces los mantos.
Llegó el momento, y ¡qué tumulto de adioses, qué
clamor el que a porfía lanzaban las doncellas
y los galanes!
Partieron los navíos, acompañados de sollozos,
como una perezosa caravana que el camellero arrea
con su canción.
¿Ay, cuántas lágrimas caían al agua! ¿Ay, cuántos
corazones rotos se llevaban aquellas galeras insensibles!
De BEN AL-LABBANA, de Denia
(m. 1113)
El arco
Me maravillo de la ingratitud del arco,
porque no es leal con las palomas del boscaje.
Cuando era rama, fue su amigo,
y ahora que es arco las persigue.
¡Así son las vicisitudes de los tiempos!
De AHMED BEN WADDAH,
apodado AL-BUQAYRA, de Murcia
(muerto hacia 1135)